El arte de poner límites sin sentirte mala persona

Hay algo curioso en cómo nos han educado: sabemos decir “sí” en cinco idiomas, pero el “no” se nos queda atascado en la garganta, como si tuviera espinas.

Octubre, con su aire otoñal, nos invita a soltar hojas secas. Y entre ellas, quizás, ese miedo a decepcionar cuando nos elegimos a nosotras mismas desde el amor propio.

Cuando decir no es un acto de amor propio

Poner límites no es levantar murallas ni convertirse en estatua de sal. Es más bien como regar una planta: saber cuánto sol y cuánta sombra necesitas para no marchitarte. Me gusta pensar en los límites como líneas de poesía: no encierran, dan forma.

Personalmente, he aprendido que decir “no” a tiempo me ha salvado de decir “sí” con resentimiento. Recuerdo aquella vez que acepté coordinar un proyecto extra cuando ya no podía más. Quise quedar bien, pero acabé quedando mal conmigo. La verdad es que nadie nos da medallas por el agotamiento. Si acaso, nos dan facturas: emocionales, físicas, relacionales. Facturas que nos llegan a nosotras, no a quienes complacemos. Porque cuando digo que sí al otro a costa de mí, en realidad me estoy diciendo no a mí misma. Y cuando me atrevo a decir no afuera, me estoy diciendo un sí íntimo, profundo, que a veces nadie ve, pero mi cuerpo, mi mente y mi alma lo agradecen.

El límite no es el final, es el marco

Hay una antítesis poderosa en esto: creemos que poner un límite nos separa, pero en realidad nos acerca. Nos permite estar presentes de verdad. Cuando digo “hasta aquí”, puedo entregarme con calidad en lo que sí elijo. Como quien poda un rosal: no para matarlo, sino para que florezca mejor.

Otro aprendizaje personal fue con una amiga muy querida. Durante un tiempo, cada vez que me llamaba yo soltaba todo para atenderla, aunque estuviera exhausta. Pensaba que si no estaba disponible al instante, ella se sentiría abandonada. Un día me atreví a decirle: “Hoy no puedo hablar, necesito recargarme”. Su respuesta fue: “Gracias por decirme, me alegra que te cuides”. Me di cuenta de que el límite no era solo para ella: era también un acto de lealtad hacia mí misma, una forma de honrarme.

Lo que nadie cuenta sobre los límites

Un vacío que a menudo no se nombra es que poner límites no siempre tiene un final perfecto. A veces te sentirás culpable, a veces dudarás, a veces la otra persona no reaccionará bien. Y está bien. El objetivo no es que todo el mundo lo entienda, sino que tú te entiendas contigo. El límite no es un castigo, es un cuidado. No es una pared, es un marco que sostiene tu obra.

Te dejo preguntas para mirar hacia dentro:

  • ¿Dónde me estoy diciendo “sí” a medias?
  • ¿A quién le digo que sí para no perderlo, aunque me pierda a mí?
  • ¿Cuál es mi miedo detrás del límite que no pongo?

La próxima vez que sientas culpa por marcar un borde, imagina esto: eres como un jardín. No puedes dar flores todo el año, ni dejar que cualquiera entre con botas embarradas. Algunas puertas se cierran no por frialdad, sino por amor al suelo que pisas.

Te leo, te escucho: ¿dónde sientes que necesitas poner límites este mes, para cuidar más tus raíces que las apariencias?

Raquel Íñigo – Tu coach emocional (y compañera de reencuentros contigo misma) 🌱

Si este artículo te tocó, esto es para ti:

💌 Vuelve a ti en solo 5 minutos

Te regalo un audio suave + una mini guía para reconectar contigo.

Este regalo es solo el principio… lo que viene es aún más tuyo 🌷

2 respuestas

    1. Qué cierto lo que dices Mentxu 💛
      Nos educaron para ser “buenas chicas”, aunque eso a veces significara alejarnos de nosotras mismas.
      Pero aprender a decir no sin culpa es, en realidad, una manera de cuidar —no solo de protegernos, sino de sostener relaciones más honestas.
      Gracias por recordarlo con tanta claridad.
      Un abrazo, Raquel 🌿

¿Te apetece continuar esta conversación?

Tu palabra también importa. Comparte lo que te resuena, te inquieta o te inspira... Te leo con cariño 🌷

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad