En mi empeño de ser emprendedora, salir, lanzarme sin paracaídas. Puff!!!..Hubo momentos de muchas dudas e inquietudes, si lo que estaba haciendo saldría bien o no. Tenía ese dialogo interno que me estaba machacando. Esa vececita oscura interior o como me gusta llamarla «Boicoteadora interna» que te dice continuamente…”No lo vas a hacer bien”, “no vas a ser capaz”,” no podrás”, “ya no tienes edad”, “no toca”, «¿ahora?…Quizás el año que viene”
¿Te suenan todas estas frases? ¿Te has escuchado alguna vez hablándote así? Seguro que sí. TODAS tenemos una «boicoteadora interna», una vocecita que en vez de apoyarnos nos alienta a dejar cualquier reto con mil excusas, todas muy reforzadas por tu Ego, claro, pero ninguna real. Es la voz de la razón interna, todo lo juzga, todo lo valora, te hace sentir culpable, mal si lo intentas y peor si no lo intentas….Así que acaba paralizándote y te deja en estado profundo de desesperanza.
Es perseverante, muy dura y crítica con tus ilusiones.
Siempre trata de censurarnos, provocándonos emociones y sentimientos negativos que acaban por quitarnos las ganas de hacer todo aquello que nos habíamos propuesto. Suele tener un alto poder de convicción. Muchas veces nos faltan las fuerzas para callarla.
¿Qué hacer con la boicoteadora?
¿Que hice para trabajar con mi boicoteadora?, primero: conocerla.
Después: familiarizarme con ella y más tarde generar la distancia necesaria para tomar decisiones.
Pero…. ¿cómo hacerlo? ¿Cómo acallar esa voz machacona?
MUY IMPORTANTE: saber que TÚ eres una persona poderosa. Que eres MUCHO más grande que tus miedos, y que la boicoteadora, a pesar de que cree que te hace bien, te convierte en una persona limitada.
Llegué a una conclusión: la boicoteadora solo tiene un gran enemigo ¡LA ACCIÓN!
Recuerda siempre, la vocecita interna es la reina en el reino de la inacción. TÚ debes ser la reina en el reino de la Acción, la toma de pequeñas decisiones, será tu gran antídoto.
Piensa que cada paso, cuenta. “No necesitamos que las cosas sean fáciles sino posibles”
Ahí es cuando me lancé, a pesar de los miedo, a sacar esa heroína que todas llevamos dentro.